En
este texto hablaremos sobre “El cerebro adicto”. Es un tema interesante puesto que, podemos
ver en nuestro entorno drogas “legales” y por supuesto, estamos familiarizados
con algunas drogas “ilegales”.
Primero
definamos ¿Qué es una adicción? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS)
es una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad
hacia una sustancia, actividad o relación.
Se caracteriza por un conjunto de signos y síntomas en los que se
involucran factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales. Es una enfermedad progresiva y fatal,
caracterizada por episodios continuos de descontrol, distorsiones del pensamiento
y negación ante dicha enfermedad.
¿Por qué la gente consume drogas?
Las
razones pueden ser variadas, como ejemplo podríamos mencionar las siguientes:
ü Para
“sentirse bien”: La
mayoría de las drogas de las que se abusa producen sensaciones intensas de
placer. Esta sensación inicial de euforia es seguida por otros efectos, que varían según el tipo de droga que se consume. Por ejemplo, con estimulantes
como la cocaína, la sensación de euforia es seguida por sentimientos de poder,
confianza en uno mismo y mayor energía. En contraste, la euforia causada por
opiáceos como la heroína es seguida por sentimientos de relajación y
satisfacción.
ü Para
“sentirse mejor”: Algunas
personas que sufren de ansiedad social, trastornos relacionados con el estrés y
depresión, comienzan a abusar de las drogas en un intento por disminuir los
sentimientos de angustia. El estrés puede jugar un papel importante en el
inicio del consumo de drogas, la continuidad en el abuso de drogas o la recaída
en pacientes que se recuperan de la adicción.
ü Para
“desempeñarse mejor”:
Algunas personas sienten presión por aumentar o mejorar químicamente sus
capacidades cognitivas o su rendimiento deportivo, lo que puede desempeñar un
papel importante en la experimentación inicial y el abuso continuo de drogas
como los estimulantes recetados o los esteroides anabólicos/androgénicos.
ü La
curiosidad y el “porque otros lo hacen.”: En este aspecto, los adolescentes son particularmente
vulnerables debido a la fuerte influencia de la presión de sus pares. Son más propensos que los adultos a participar
en comportamientos riesgosos o temerarios para impresionar a sus amigos y
expresar su independencia de las normas parentales y sociales.
Si consumir drogas hace que la gente se
sienta bien o mejor, ¿cuál es el problema?
"La
adicción es una enfermedad que progresa por etapas", puntualizó en
entrevista el doctor Rubén Baler, científico de la salud de la Oficina de
Políticas Científicas del NIDA. Baler explica que en la primera etapa las
personas utilizan sustancias para alcanzar la euforia que brindan, pero este
consumo de drogas se convierte muy rápido en enfermedad en quienes las utilizan
en forma crónica. El cerebro empieza a adaptarse a la sustancia y aparecen los
primeros signos de dependencia. He aquí algunos signos que sugieren adicción:
consumir la droga de manera regular, imposibilidad de dejarla, gastar en droga
más de lo que se tiene, extralimitarse para obtener droga (incluso robar) y
sentir que se necesita la droga para funcionar cotidianamente.
Cuando
se abusa de las drogas se alteran algunas zonas del cerebro como el tallo
cerebral, que controla el ritmo cardíaco, la respiración y el sueño; la corteza
cerebral, que procesa la información sensorial y nos permite pensar, planear,
resolver problemas y tomar decisiones, y el sistema límbico, donde se aloja el
llamado circuito de recompensa del cerebro. Dicho sistema motiva al individuo a
repetir conductas necesarias para la supervivencia y la reproducción como
alimentarse y tener sexo.
Al
ingresar en el cerebro las drogas obstaculizan su sistema de comunicación e
interfieren en el proceso normal de intercambio de información neuronal.
Recordemos que las células nerviosas se comunican por medio de sustancias
químicas llamadas neurotransmisores que llevan mensajes entre ellas. Una
neurona libera el neurotransmisor, que cruza un espacio interneuronal, conocido
como sinapsis, y se adhiere a un receptor (una proteína) en otra neurona. Neurotransmisor
y receptor embonan como una llave en una cerradura.
La
mayoría de las drogas interfieren con la actividad de un neurotransmisor
llamado dopamina, que desempeña un papel fundamental en las sensaciones de
placer. "El cerebro está condicionado a repetir conductas que permiten la
supervivencia y las drogas actúan produciendo una activación mucho mayor de la
que ocurre en las situaciones naturales de recompensa", explica la doctora
Medina Mora. "El cerebro pierde la capacidad de sentir placer por las
recompensas naturales, pues se acostumbra rápidamente a las dosis masivas"
de dopamina que se producen al consumir una droga, y lo hace reduciendo su
producción natural, o bien disminuyendo la cantidad de receptores que captan la
señal de este neurotransmisor. Así, cuando falta la droga el cerebro ya no
cuenta con dopamina suficiente y la persona deja de disfrutar cosas
naturalmente placenteras, lo que conduce a la apatía y a la depresión. "Cuando
el cerebro comienza a adaptarse a altos niveles de dopamina, el individuo tiene
que usar más y más droga para obtener el mismo efecto", añade Rubén Baler.
Es decir, se desarrolla tolerancia a la droga. En el individuo que ha llegado a
esta etapa, la falta de droga provoca el llamado síndrome de abstinencia, con
síntomas como ansiedad, irritabilidad, náuseas, insomnio, episodios de
sudoración, temblores y psicosis, y puede llevar a la muerte.
Factores de riesgo y de protección para
el abuso y la adicción a las drogas
Factores de riesgo
|
Factores de protección
|
Comportamiento
agresivo en la infancia
|
Buen
autocontrol
|
Falta
de supervisión
|
Supervisión
de los padres y apoyo parental
|
Habilidades
sociales deficientes
|
Relaciones
positivas
|
Experimentación
con las drogas
|
Competencia
académica
|
Disponibilidad
de drogas en la escuela
|
Políticas
escolares contra las drogas
|
Pobreza
en la comunidad
|
Fuertes
lazos en la comunidad
|
En
conclusión, el mejor tratamiento contra la adicción es la prevención para no
llegar a necesitar tratamiento Rubén Baler propone la prevención universal:
"Evitar todo lo que sabemos que es dañino y tratar de promover y enaltecer
lo que sabemos que es positivo". Entre los factores negativos se
encuentran, por ejemplo, los padres adictos, la pobreza extrema, la mala
nutrición, la falta de ejercicio, así como un ambiente que no sea confiable
para los chicos y, desde luego, un entorno de violencia. "Deben evitarse
esas actividades desafiantes, o de franca delincuencia", pues son factores
de muy alto riesgo. Baler añade que no es cuestión de magia. "Todo lo que
promueve un ambiente saludable por fuerza va a reducir el riesgo absoluto de
abuso de sustancias".
¿Por
qué he elegido este tema? Recientemente, se ha hablado sobre el uso “medicinal”
de la mariguana y se ha debatido sobre la posibilidad de la legalización de
dicha sustancia y es por ese motivo que este tema en particular llamó mi
atención.
¿De
dónde partí para empezar a escribir?
Inicié sobre la lectura sugerida en la actividad de la unidad y revisé
algunas páginas en internet.
Referencias.